viernes, marzo 29, 2024

Investigador devela el escenario que abre la victoria de Lula en Brasil

El sociólogo e investigador del Conicet, Gabriel Merino, analizó el escenario político y económico que dejó la victoria en las elecciones de Brasil de Luis Ignacio Lula da Silva.

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El triunfo de Luis Ignacio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de Brasil siguen dando que hablar en una Argentina inmersa en un proceso de polarización que parece acentuarse a medida que se aproxima el proceso electoral del próximo año.

La imagen Lula Da Silva con una gorra que llevaba la consigna “Cristina Kichner 2023”, tras imponerse por algo más de dos millones de votos al actual mandatario, Jair Bolsonaro, alimentaron las especulaciones en territorio nacional.

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En un mano a mano con Diputados Bonaerenses (DB), el sociólogo e investigador del Conicet, Gabriel Merino (GM), analizó en profundidad la victoria de Lula da Silva, las alianzas estratégicas y cómo repercutirá su asunción en la relación bilateral con Argentina.

DB- ¿En qué beneficia la victoria de Lula en Argentina?

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GM- En que beneficia la victoria de Lula. Primero es que se recupera una agenda de integración regional con perspectiva autonomista que es clave, en un mundo que avanza a un proceso de regionalización cada vez más grande.

Un mundo que avanza hacia una creciente multipolaridad relativa, se vuelve fundamental construir un polo de poder regional desde el cual tener una voz propia, mayores niveles de autonomía relativa, de soberanía desde el cual plantear un proyecto de desarrollo.

Que en Brasil vuelva una agenda de potencia o de poder emergente, tracciona e influye en la región, aparte para Brasil es fundamental la articulación con Argentina en esa política y proyectar ahí, es tener una política a nivel sudamericano.

El sociólogo e investigador del Conicet, Gabriel Merino, dio un análisis político de las elecciones en Brasil.
El sociólogo e investigador del Conicet, Gabriel Merino, dio un análisis político de las elecciones en Brasil.

En segundo lugar, es fundamental porque se trata de una política económica más vinculada al desarrollo interno, más consumo popular.  Para la industria en Brasil puede ser muy beneficioso por tal motivo para la Argentina, esto por dos razones, porque por cada punto de crecimiento del PBI en Brasil, eso impacta en el crecimiento de 0,25/0,3 puntos en Argentina.

Si se vuelve a apuntalar la industria en Brasil eso tracciona a la industria Argentina, que es el sector que genera muchos empleos de calidad y aumenta nuestra complejidad productiva, nuestra producción con valor agregado.

DB- ¿Por qué Lula forjó acuerdos con sectores liberales?

GM- Hay una coalición amplia en Brasil. Sin dudas eso va influir en la agenda, en primer lugar el Lulismo se reconstituyó sobre una alianza política y social clave en Brasil, que en su momento fue clave para el desarrollo de los gobiernos del PT, que es la alianza entre los sectores populares, representado por ejemplo en la Central Única de los Trabajadores, Sindicatos, el Movimiento Sin Tierra, el Movimiento Sin Techo y Trabajadores Urbanos, el Movimiento Estudiantil y Movimientos de Izquierdas y Nacionales y Populares; todo ese entramado con importantes sectores de las elites desarrollistas y nacionalistas, una burguesía neo desarrollista representada en la Confederación Nacional de la Industria.

Acá obviamente hay una articulación, pero a la vez contradicciones muy importantes, de agenda principalmente. Por ejemplo en cuanto a la cuestión distributiva del ingreso o ciertas políticas públicas. Después también Lula estableció alianzas con sectores liberales, más a la derecha, que en todo caso hubo una agenda en común de frenar el autoritarismo o neofascismo de Bolsonaro y su núcleo más duro, evitar que se exacerbe ese camino de Brasil, que iba hacía una crisis de estado de derechos, de la democracia liberal.

Con Bolsonaro se ponía en juego incluso la idea de la democracia formal, se estaba poniendo en crisis eso y esto significó también una alianza por parte de Lula con sectores liberales, de partidos más tradicionales, incluso con sectores globalistas, como el gobierno actual de los Estados Unidos, que tienen un acuerdo táctico.

Obviamente estos sectores están muy en contra de lo que ellos llaman gobiernos populares, hasta incluso neodesarrollistas, ahí va a ver una tención compleja en Brasil y también es complejo el panorama político, por lo tanto hay que ver la capacidad de maniobra de Lula y la dinámica que tenga las fuerzas populares en plantear sus propias agendas, pero sin dudas va a ser compleja.

DB- ¿Esta polarización de Brasil se puede replicar en Argentina?

GM- Hay contradicciones que atraviesan a todo el continente y tienen rasgos similares en los países. Es clara la tención entre un regionalismo autonomista versus una inserción aperturista o que prioriza lo hemisférico y más subordinada a Washington, hay una tensión.

Lo mismo que sucede entre proyectos primarios exportadores, más periférico, sin desarrollo de capacidades a nivel nacional, frente a modelos más desarrollistas, industrialistas, más interesados en desarrollar capacidades sociales y estatales. En tratar de discutir la condición de periferia, esas son tenciones estructurales.

Hay que ver si la configuración, el escenario político va a ser igual. Porque en Brasil se dio la paradoja de que muchos sectores de la derecha, de la elites tradicionales, por ejemplo Fernando Enrique Cardoso, que estaría mas cercano a esos modelos de neoliberalismo periférico, aunque con una mirada más desde Brasil, con una dependencia negociada, muy de la cúpula del empresariado de Brasil, vinculado a lo financiero y de los agronegocios.

Bueno Cardoso termina apoyando a Lula, es como si acá un sector de Horacio Rodríguez Larreta apoyara a un candidato del Frente de Todos, por ejemplo a Cristina. Eso es raro que acá suceda. Esto se da en Brasil por la propia experiencia del gobierno de Bolsonaro y su radicalidad, una reacción conservadora muy fuerte, que puso en tención a muchas de esas elites políticas liberales y más tradicionales.

Acá hay un matiz que creo, no se va a repetir igual en la Argentina, pero si lo que puede haber en la Argentina es un resquebrajamiento de la oposición, por derecha, por así decirlo.

*Gabriel Merino: Dr. en Ciencias Sociales y Lic. en Sociología. Investigador Adjunto del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET-Argentina), con lugar de trabajo Instituto de Investigación en Humanidades y Ciencias Sociales (IdIHCS) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Profesor Adjunto de la UNLP en las cátedras de “Identidad, Estado y Sociedad en Argentina y América Latina” y “Geografía de Europa y Rusia”. Profesor de posgrado en la UNLP en “Geopolítica y Desarrollo”, “Análisis de la Geopolítica Mundial y Latinoamericana en el Siglo XXI” y “Eurasia y la transición histórico-espacial contemporánea”, entre otros. Profesor Adjunto invitado de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Miembro del Instituto de Relaciones Internacionales (IRI). Co-coordinador del grupo de trabajo de CLACSO “China y el mapa del poder mundial”. Director del proyecto de Investigación y Desarrollo: “El Atlántico Sur y sus relaciones con otras regiones de interés geopolítico mundial” CIG-IdIHCS-UNLP.

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