miércoles, mayo 8, 2024

Grave: murió la trabajadora que se infartó por el tiroteo sindical que se apoderó de Berisso

La trabajadora del centro de salud había sido amenazada cuando se disponía a brindar asistencia a familiares de los heridos.

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Un nuevo enfrentamiento entre las dos facciones de la UOCRA en la localidad de Berisso, le ocasionaron la muerte a una empleada del Hospital Mario Larraín, debido a un paro cardíaco que sufrió luego de ser amenazada cuando se disponía asistir a los familiares de los heridos por la balacera.

En ese sentido, la víctima identificada como Laura Pereyra de 46 años de edad se desempeñaba como telefonista del centro de salud del municipio que conduce Fabián Cagliardi y a pesar de los esfuerzos del personal médico que la operó tres veces, la mujer no sobrevivió al infarto y murió este viernes. La injusta muerte se da en medio de una ola de inseguridad en Berisso y mientras crecen las criticas a la nueva gestión peronista. 

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“Lamentamos profundamente el fallecimiento de nuestra compañera Laura y hacemos llegar a sus familias y amigos nuestras más sinceras condolencias y acompañamiento en este dolor”, expresaron las autoridades del nosocomio Larraín en redes sociales.

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En consecuencia, el comunicado del hospital generó que la comunidad del distrito del inmigrante manifieste su rechazo a lo ocurrido y reclame justicia tras los incidente fatal.

De hecho, el enfrentamiento campal entre ambas facciones que quieren quedarse con la conducción de la UOCRA tuvo lugar el lunes a la medianoche en las calles 157 entre 26 y 27, y dejó un saldo de al menos tres personas heridas de bala.

 

 

Así, las personas baleadas que ingresaron al Hospital Larraín son Marcos Nahuel Rodríguez de 19 años, que ingresó con heridas superficiales en una pierna y ya fue dado de alta y Sergio Sosa, de 29 años y con un impacto de bala en el pie izquierdo.

Horas más tarde, aproximadamente a las tres de la mañana el enfrentamiento volvió a despertar a los vecinos de Berisso y en esta oportunidad, César Alberto Navarro de 31 años recibió un disparo en el abdomen provocándole lesiones de “extrema gravedad” y por la que debió ser operado dos veces.

Quienes dieron el primer aviso a las autoridades policiales fueron los vecinos que tildaron la batalla como una “guerra” y dijeron que contabilizaron “como 200 disparos” mientras se realizaba una olla popular. “Se tiraron de todo y hubo varias detonaciones de armas de fuego”, detallaron los vecinos de Berisso.

 

 

Una de las facciones de la UOCRA responde al actual interventor Carlos Vergara, mientras que el otro grupo es liderado por el ex secretario General del gremio, Juan Pablo “Pata” Medina, quien se encuentra preso bajo la acusación de asociación ilícita, coacción agravada y extorsión reiterada.

Así las cosas, como adelantó Diputados Bonaerenses en las últimas semanas, el municipio que conduce Cagliardi vive momentos de mucha tensión, en medio de una violenta ola de inseguridad, mediante robos y tiroteos sindicales.

Desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus (Covid-19), Berisso se convirtió en tierra de nadie y en los últimos días frentistas del Barrio Obrero sufrieron el paso de una banda de 20 personas armadas y la Policía llegó 25 minutos después, cuando no quedaban ni los rastros.

Además, en el Barrio Solidaridad hubo un asalto con una simulación de fusilamiento. A la víctima la dejaron con cortes en la cabeza y posteriormente las detenciones fueron resistidas a las pedradas contra la policía por un centenar de vecinos.

 

 

Otro de los graves hechos: hace casi un mes una oficial de la Policía Bonaerense oriunda de la localidad de la ribera fue atacada por dos personas que le sacaron la pistola 9 mm reglamentaria, la intentaron estrangular y golpearon hasta dejarla tendida en el piso. Terminó internada.

También hace unas semanas un grupo de delincuentes saqueó la capilla “La Sagrada Familia” de Villa Arguello de Berisso, que había abierto sus puertas para ayudar a los más necesitados durante la emergencia sanitaria por el Covid-19.

Los ladrones hicieron un boquete para irrumpir en el lugar, del que se llevaron absolutamente todo: una heladera, la cocina, la virgen, libros, elementos de culto, sillas, mesas y hasta la ropa del cura. “Estamos muy tristes por la comunidad, por el esfuerzo que hacemos”, dijo una vecina.

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