Por Juan Manuel Negri (*)
La Legislatura bonaerense este fin de semana ingresó en el período de receso invernal que durará hasta los primeros días de agosto. Cuando las Cámaras empezaban a salir de la parálisis sobre el final del primer semestre, por dos semanas los diputados y los senadores vuelven a frenar la actividad en comisiones y a apagar la luz de los recintos.
En medio de una grave crisis social y económica y de un período parlamentario poco productivo en el que se perdió cerca de un tercio del plazo de trabajo por las internas políticas, los desencuentros entre los bloques políticos y la falta de definiciones, los legisladores se toman dos semanas de descanso.
“Un ministro dice que el Conurbano se prende fuego y esta Cámara vota el día del soguero”, ironizó un diputado en la sesión del jueves pasado. A riesgo de ofender a alguno de los paisanos que llegaron hasta La Plata, el opositor uso la frase para graficar la sensación de que la Legislatura bonaerense se encuentra cada vez más ajena a la realidad que atraviesa la provincia de Buenos Aires.
Por caso, en el trámite parlamentario del jueves pasado de Diputados se aprobaron más de 400 proyectos de declaración, de beneplácito y de reconocimiento que estaban pendientes, pero apenas se lograron consensuar cuatro nombres para el Consejo de la Magistratura y los consejeros de Educación. En el temario no figuraron iniciativas que atiendan la aguda situación que enfrenta el territorio bonaerense.
Si bien durante su primer semestre la Legislatura bonaerense avanzó con un conjunto de designaciones clave para el contralor político en el directorio del Banco Provincia, la Defensoría del Pueblo, el Consejo de la Magistratura y varias comisiones Bicamerales, que revisten importancia institucional, no hubo proyectos económicos de peso o que atiendan a alguno de los tantos problemas estructurales que arrastra la provincia de Buenos Aires.
A mitad del año parlamentario, la agenda económica de la Legislatura bonaerense fue pobre. Apenas se aprobaron la adhesión al Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento, los cambios en los fondos fiduciarios del Plan de Infraestructura Provincial, del programa Desendeudadas, y del PROMEI y la emergencia para fábricas recuperadas. La reforma del Bapro, que podría haber inclinado la balanza, fue postergada para el segundo semestre.
Las internas políticas, la grieta y la falta de reacción se fagocitaron la mitad del 150º período parlamentario donde prevaleció el “show de la política” con portazos en los bloques mayoritarios, renuncias y acusaciones cruzadas y hubo poca creatividad política. Sin ir más lejos, el jueves que pasó Diputados postergó la designación de dos consejeros de la Magistratura producto de una interna que desató La Cámpora.
La Cámara de Diputados anotó seis sesiones ordinarias y el Senado bonaerense sólo tres. La Legislatura entró en el receso de un semestre prácticamente perdido.
El segundo semestre de la Legislatura bonaerense
La Cámara de Diputados bonaerense pateó para agosto la resistida reforma del Bapro, que el Frente de Todos no pudo tratar durante la primera mitad del año, las designaciones en el Consejo de la Magistratura y los nombramientos en las comisiones Bicamerales. Serán temas que Diputados deberá abordar después del receso invernal.
En el horizonte del segundo semestre de la Legislatura bonaerense por el momento en materia económica solo figura un proyecto que podría beneficiar a unos tres millones y medio de inquilinos de la provincia de Buenos Aires que la semana pasada recibió el visto bueno del Ejecutivo de Axel Kicillof. Pero, por el momento, no hay mucho más.
Lo que sí habrá en agenda serán algunos proyectos que atraerán la atención como la ley de alcohol cero al volante, la propuesta para transformar el Instituto Biológico Tomás Perón de La Plataen Sociedad del Estado, y las iniciativas para implementar la boleta única en territorio bonaerense. También figuran la autonomía municipal y las leyes de pirotecnia cero y de turismo rural, todas en jurisdicción del Senado bonaerense.
En el segundo semestre la Legislatura bonaerense tendrá la posibilidad de empezar a corregir el rumbo, si es que las internas políticas se lo permiten, o, por el contrario, podrá echar a perder la otra mitad del año de trabajo, como hizo con la primera. Eso no sería lo conveniente en una provincia donde hay cada vez más urgencias.
(*) El autor es director del diario digital Diputados Bonaerenses.
