En el transcurso de la semana fue noticia que Abuelas de Plaza de Mayo logró identificar al nieto 133, el cuarto hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas, que nació en cautiverio ya que su madre fue detenida y desaparecida cuando estaba embarazada de él. En un mano a mano con Diputados Bonaerenses, Miguel “Tano” Santucho, el hermano del nieto restituido, relató cómo vivió el reencontrarse con su familiar.
“Tanito, ¿estás sentado?”, escuchó Miguel Santucho el miércoles 26 de julio, del otro lado del teléfono estaba el coordinador de la Comisión Nacional por la Identidad (CONADI), Gonzalo Gonçalves. Su experiencia como miembro de Abuelas de Plaza de Mayo en su carácter de familiar de desaparecidos, hizo que el hombre reconociera esa frase como un adelanto de la novedad que iba a recibir.
“El ‘¿estás sentado?’, es el código que yo sé que siempre se dice cuando están por dar esa noticia. Me emocioné mucho, le dije ‘¿en serio? ¿en serio me van a decir esto? ¿me está pasando de verdad a mí?’, y me respondió que sí, pero que tenga cuidado con lo que vaya a decir, que mi hermano estaba escuchando”, recordó Santucho.
Al momento de recibir el llamado de Gonçalves, el integrante de Abuelas de Plaza de Mayo se encontraba en Italia, en una visita a sus hermanos Florencia y Camilo, este último también hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas. Inmediatamente después de cortar con el teléfono, “Tano” Santucho marcó el número de sus parientes fraternos para ponerlos al tanto de todo.
Según sus palabras, Santucho les comentó tanto a Florencia como a Camilo: “Tengo una información importante para darles, presten atención, porque encontraron a nuestro hermano”. Pese a que el hombre les dijo que hasta lo había visto a través de una videollamada y que era muy parecido a ellos, del otro lado del teléfono no lo podían creer.
Exactamente seis horas después de recibir el dato que siempre esperaron escuchar, Miguel, Florencia y Camilo estaban sentados frente a una computadora, en Italia. En la pantalla, y a más de 11.000 kilómetros, su hermano los saludaba desde su casa en Buenos Aires.
“Antes de llamar a mi hermano, al nieto 133, le avisamos a nuestro padre, que estaba también en Tucumán, Argentina, y se lo dijimos los tres juntos: ‘Vos sentate, que te tenemos que decir algo importante’. Cuando le contamos, se emocionó mucho mi viejo, habló dos minutitos y, antes de cortar, nos dijo ‘bueno, ni bien sepan algo, por favor, me avisan, yo también lo quiero ver’”, contó “Tano” Santucho, con la voz entrecortada.
Así, ese día desde de la comunicación de Gonçalves con el “Tano”, a las tres de la tarde hasta la videollamada a las nueve de la noche de Miguel, Florencia, Camilo y su padre, Jorge, con su familiar restituido, la vida de los Santucho cambió para siempre, con la suma de un viejo integrante.
Con respecto a su primer contacto con su hermano, “Tano” Santucho reconoció que él, toma como una clase de vida magistral, el hecho de que se haya animado a acercarse a Abuelas de Plaza de Mayo para reconfirmar su identidad.
“Una cosa muy destacable, que mi hermano también me transmitió con mucha claridad, es que la búsqueda de su identidad lo hizo por él, pero sobre todo por sus hijas, porque su duda iba a ser heredada por sus hijas, el no saber quién realmente eran iba a ser también recogida por ellas, y que, si no lo hacía él, ese trabajo lo iban a tener que hacer ellas. Él sintió que era su responsabilidad liberarlas de ese peso”, valoró Santucho.
Con esa enseñanza, Miguel “Tano” Santucho subrayó que esta nueva generación de nietos de desaparecidos, “desde su capacidad, desde su nuevo manejo de la información y de los valores, pueden aportar un montón para que estos casos se resuelvan”. “Yo siempre digo cada uno de su lugar, pero con frescura y con inteligencia, es capaz de lograr objetivos enormes”, manifestó el miembro de Abuelas de Plaza de Mayo.
Ahora, una semana y media después de la conferencia de prensa con la que Abuelas de Plaza de Mayo dio a conocer la noticia, Miguel “Tano” Santucho, quien es nieto de Nélida Gómez de Navaja, cofundadora de la organización de derechos humanos y que falleció en 2012 sin haber encontrado a su nieto apropiado por la dictadura militar, valoró el trabajo de la asociación civil presidida por Estela de Carlotto.
“Lo que significa para nosotros seguir encontrando nietos, sobre todo desde Abuelas, es nuestra razón de existir. Abuelas de Plaza de Mayo va a seguir existiendo hasta que se encuentre el último nieto que fue apropiado durante la dictadura, y va a seguir promocionando el derecho a la identidad, que no es sólo para los nietos apropiados, sino para todos y todas, y que tiene que ver con el derecho que tenemos todas las personas a saber quiénes somos”, cerró emocionado Santucho.
