Este domingo falleció el expresidente y actual senador de la nación por el peronismo, Carlos Saúl Menem, a los 90 años en el sanatorio Los Arcos, de la ciudad de Buenos Aires.
El exmandatario había ingresado al nosocomio porteño por una infección urinaria, donde se encontraba internado hace varias semanas producto de la complicación de su cuadro médico.
Las complicaciones de salud de Menem eran una constante. A mediados del año pasado, el actual senador nacional había pasado 15 días internado en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, por una neumonía bilateral.
Activo en política hasta el final, había llegado a participar en las primeras reuniones virtuales del Senado por la pandemia de coronavirus, en su papel de representante de La Rioja, cargo que mantenía desde el 10 de diciembre de 2005.
Hace diez días allegados a la familia indicaron que el expresidente estaba "estable" con diálisis intermitente. Eso significaba jornadas de leve mejora y otras con recaídas.
Menem inició su carrera política desde temprana edad con fuerte participación en el Partido Justicialista de La Rioja, de donde era oriundo, y recién en 1963 llegó a presidir el peronismo local.
Ese mismo año fue candidato a diputado de la Unión Popular en 1963, por la proscripción del peronismo, pero no pudo asumir por el golpe militar. En 1964 iba ser candidato a gobernador, pero Juan Domingo Perón llamó a votar en blanco.
Sin embargo, durante esos años Menem fue asesor legal de la Confederación General del Trabajo (CGT). El expresidente había estudiado abogacía en la ciudad de Córdoba (1949-1955).
Más adelante con sus características patillas, viajó en el avión con Perón en su mítico regreso de noviembre de 1972. Fue el candidato a gobernador en 1973 y ganó con más del 50 por ciento de los votos.
El golpe de Estado del '76 lo encarceló. Durante dos años transitó diferentes prisiones, tras los cuales le concedieron libertad vigilada y eligió Mar del Plata para transitarla.
A la salida de la dictadura cívico militar, Menem se impuso nuevamente en las elecciones de 1983 en La Rioja y comenzó su carrera rumbo a los comicios presidenciales de 1989.
En el último año de su gobierno el líder radical Raúl Alfonsín quedó contra las cuerdas por una hiperinflación descontrolada y Menem tuvo que anticipar su asunción.
Llegado a la presidencia se dedicó borrar los vestigios de los primeros gobiernos peronistas: privatizó todos los servicios públicos, las comunicaciones, los altos hornos y el acero, los ferrocarriles, Aerolíneas Argentinas e YPF.
Además, amnistió a los jefes de la dictadura que habían sido condenados por graves violaciones a los derechos humanos, bloqueó la realización de otros juicios y buscó la alianza con las derechas antiperonistas.
Convocó a Domingo Cavallo, que aceleró el proceso de quiebras en la pequeña, mediana industria y de los productores del campo. También privatizó las jubilaciones y creó las AFJP.
En los primeros años, la política económica del menemismo que favoreció a las grandes corporaciones, creó también una ilusión de prosperidad de la clase media media y alta, al tiempo que aumentaba la desocupación y la pobreza.
En concreto, Menem representó en Argentina la expresión más clara de la ola mundial que había provocado la globalización neoliberal y proclamaba el “fin de las ideologías”.
Sus dos presidencias le valieron diez años y medio en el poder y así fue el presidente que gobernó más tiempo. Y, con altibajos, mantuvo cierta popularidad hasta el final, a pesar de la creciente protesta popular.
El escándalo del tráfico ilegal de armas a la guerra civil en la ex Yugoeslavia, los atentados terroristas contra la embajada de Israel y contra el edificio a la AMIA involucraron a su gobierno en una trama siniestra.
Zulema Yoma, la ex esposa de la que se separó tras expulsarla de la Quinta presidencial de Olivos, vinculó esa oscura trama con la muerte de su hijo Carlos Junior en un accidente aéreo.
Luego, intentó regresar a la presidencia en 2003 y ganó en primera vuelta ante una oposición fragmentada. Su principal oposición provenía del peronismo, que también llegaba dividido.
Cuando estuvo a punto de ser arrollado por Néstor Kirchner en la segunda vuelta de las elecciones de 2003, se retiró y mantuvo así invicta su curricula electoral.
