En el cierre de su gira latinoamericana, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, llegará esta mañana a Bolivia, en donde, junto con su par de ese país, Luis Arce, inaugurarán una obra de interconexión eléctrica entre ambas naciones.
En rigor, la obra de interconexión eléctrica que inaugurarán este jueves Alberto Fernández y Luis Arce será la primera estructura de ese estilo entre Argentina y Bolivia. Hasta antes de su construcción, ambos países solo tenían conexiones gasíferas en común.
Cabe destacar, que el pasado martes Alberto Fernández y Luis Arce coincidieron en la reunión de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), que se desarrolló en Brasilia y de la que participaron numerosos Presidentes latinoamericanos, con motivo del relanzamiento del organismo que agrupa a los principales países de la región.
Además de esa subestación eléctrica, que se edificará en la ciudad boliviana de Yacuiba, Alberto Fernández y Arce inaugurarán el tendido de más de 100 kilómetros de cables capaces de transportar 132 kilowatts hasta Tartagal, provincia de Salta.
“Hoy Bolivia tiene un excedente de 1500kw diarios que está interesada en vender. Una parte podrá venderla a la Argentina y al interconectado de países”, reconoció el embajador argentino en Bolivia, Ariel Basteiro, en la previa del encuentro entre Arce y Alberto Fernández.
En este sentido, con la construcción de esta obra en Yacuiba, Bolivia se sumará al sistema que permite el intercambio eléctrico con Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Por otro lado, nuestro país podrá acceder a la energía boliviana para el norte salteño y quedará posibilitada, en caso de ser necesario, de enviarle energía a la nación vecina.
Es preciso mencionar, que la relación entre Argentina y Bolivia tiene a la capacidad energética como eje central. De hecho, en su última visita, Arce acudió a la Casa Rosada para concretar una venta de gas a nuestro país que originalmente estaba destinada a Brasil.
La visita a Bolivia, dará cierre a una semana en la que el presidente Fernández recibió al presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, y viajó a Brasil para verse con el mandatario Lula da Silva, y para relanzar el UNASUR, que volverá a sesionar luego de varios años de suspenso.
A su vez, la gira latinoamericana le sirvió a Alberto Fernández para refigurarse en tareas diplomáticas y evadir la escena política nacional, que está en constante movimiento debido a las cercanías de las elecciones presidenciales, de las cuales el mandatario argentino no participará, tal como anunció hace un mes.
Mientras su ministro de Economía, Sergio Massa, busca dólares en China junto con uno de sus más acérrimos detractores, el camporista Máximo Kirchner, y al tiempo que “su” bloque impulsa el nombre de su propio ministro del Interior, Ernesto “Wado” de Pedro, como su hipotético reemplazo en la Presidencia, el mandatario vio más prudente recorrer las naciones vecinas aliadas, en sus últimos meses de Gobierno.
