Tras el anuncio del presidente Javier Milei sobre el regreso de las retenciones en junio, el presidente de la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (CONINAGRO), Lucas Magnano, expresó este lunes su malestar,
Es que, el campo esperaba que el Ejecutivo nacional avance a paso firme hacia la eliminación total de las retenciones. Sin embargo, tras la apertura de los mercados, el jefe de Estado alentó a los exportadores a liquidar las cosechas por el inminente regreso de la alícuota.
“Avísenle al campo que si tienen que liquidar, liquiden ahora, porque en junio les vuelven las retenciones porque dijimos que eran transitorias”, afirmó el jefe de Estado libertario, lo que provocó la reacción del sector agropecuario mientras avanza la cosecha de maíz y soja.
Ante las declaraciones, Magnano aseguró que desde el campo “están sorprendidos” ante las declaraciones de Milei. “No esperábamos esa medida sobre las retenciones en este momento“, agregó el titular de una de las entidades de la mesa de enlace.


Según aclaró el dirigente de CONINAGRO, desde el sector agropecuario esperaba una comunicación oficial para trabajar sobre “este tema tan importante” para el campo. “Insistimos que el productor necesita previsibilidad y políticas a largo plazo”, afirmó.
Es que, a partir de julio, la alícuota de las retenciones para la soja pasará de 26% a 33% mientras que los derivados de soja (harina y aceite) pasará de 24,5% a 31%. En el caso del trigo, maíz, sorgo y cebada se elevarán de 9,5% a 12% y el girasol irá de 5,5% a 7%.
“Los dichos del Presidente nos hacen acordar a otras épocas de la política que pensábamos que habían quedado atrás”, reaccionó el presidente de CARBAP, Ignacio Kovarsky, quien calificó como una “amenaza” los dichos de Milei.
En esa línea, el titular de CARBAP señaló que “sería lamentable que tenga que volver a a subir impuestos”. “Si bien es verdad que el Presidente anunció que era transitorias, desde el sector aspiramos a que esto sea permanente y que a partir del primero de julio se haga una reducción gradual y y constante de los derechos de exportación”, agregó.
Según el dirigente, la política económica que está llevando al adelante la administración mileísta, sin baja en las retenciones, lo “único que garantiza en el 2026 haya menos dólares del sector agropecuario porque la producción va a caer”. “Con este nivel de precios, el campo argentino no es competitivo y va a caer la producción”, apuntó Kovarsky.
El campo llevó al Congreso el reclamo por la quita de las retenciones
Cabe destacar que, CONINAGRO participó de la reunión convocada por la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación, el 10 de abril pasado, en la que expuso los conflictos y pormenores de los Derechos de Exportación, conocidos como retenciones, que afectan principalmente al campo.
En la reunión que se llevó a cabo en el Congreso, la vocera de la CONINAGRO, Patricia Luke, junto con el equipo económico de la organización, presentó un extenso documento con indicadores del impacto fiscal, datos productivos y propuestas concretas que apuntan a la eliminación progresiva de las retenciones al campo, una lucha que el agro encabeza desde hace varios años.
En tanto, la titular de la entidad agropecuaria abrió su exposición con una batería de datos que muestran la centralidad del campo en la economía argentina, especialmente en el interior productivo, donde las actividades agropecuarias y agroindustriales generan uno de cada cuatro empleos privados, aportan el 25% del PBI, el 20% de la recaudación tributaria, y representan el 60% de las exportaciones nacionales.
“La eliminación de las retenciones no es solo una decisión económica acertada, es una apuesta directa al crecimiento, al empleo y al desarrollo territorial”, afirmó Luke en el Congreso. Además, remarcó que 8 de cada 10 dólares netos que ingresan al país provienen del agro, por lo que, lejos de castigarlo con más impuestos, el Estado debería “potenciar su productividad y competitividad”.


En el documento presentado por la CONINAGRO en el Congreso, la entidad subrayó que los Derechos de Exportación “son un freno estructural al crecimiento del campo, ya que reducen el precio que reciben los productores, desalientan la inversión y atentan contra la competitividad internacional de los productos del agro”.
En este sentido, Luke señaló que Argentina es una de las pocas naciones del mundo que mantiene las retenciones, y ejemplificó con los países competidores, como Uruguay, Paraguay, Brasil, Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Ucrania o Francia, que no aplican Derechos de Exportación al campo.
“En Argentina, las retenciones pueden implicar la extracción de hasta el 60% de la renta del productor, lo que genera condiciones de competencia totalmente desiguales con el resto de los países con los que competimos en el mundo”, enfatizó Luke, que fue la encargada de llevar los reclamos del agro al Congreso nacional.
Uno de los puntos fuertes del planteo de CONINAGRO fue cuantificar el impacto que tendría la eliminación de las retenciones, al menos en determinados cultivos estratégicos, y pusieron como ejemplo el trigo, donde estiman que, de eliminarse los Derechos de Exportación, la superficie sembrada podría crecer hasta un 10%, lo que llevaría la producción a 20,4 millones de toneladas, con un aumento en el valor bruto de 522 millones de dólares y un crecimiento del 20% en exportaciones.
Si bien la entidad agropecuaria reconoció que el impacto fiscal directo de eliminar las retenciones al campo sería de 244 millones de dólares, también afirmó que el incremento de la actividad económica y de otros tributos reduciría esa cifra a 63 millones, y lo calificó como “una inversión con retorno asegurado”.
Lejos de promover un shock fiscal, la propuesta de la CONINAGRO contempló una eliminación escalonada de las retenciones, que comience con cultivos como el trigo y la cebada, que tienen alto impacto productivo y bajo costo fiscal. La idea sería liberar progresivamente al sector de una carga que, aseguran, le resta competitividad y le impide expandirse.