viernes, marzo 29, 2024

Largó la campaña Kicillof 2023

Esta semana arrancó la campaña Kicillof 2023. Las “plazas de Axel” que reactivó el equipo del Clio, la gestión como sostén, los acuerdos para la reelección, el despegue de Alberto Fernández y la temporada de verano como primer mojón. Qué números manejan en Gobernación y cómo es el “plan blindaje” de la provincia de Buenos Aires.

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Por Juan Manuel Negri (*)

Por su discurso Axel pareciera que está en campaña permanente”, admiten cerca del Gobernador a Diputados Bonaerenses.

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El concepto extraído de la comunicación política surgió en los Estados Unidos en épocas de Bill Clinton, de la mano de dos reconocidos consultores que tuvieron a cargo las campañas de 1992 y de 1996, James Carville y Dick Morris, que después tuvieron presencia en la Argentina. Morris fue asesor de Fernando de la Rúa, pero el que importó el criterio en 2002 fue Carville como colaborador de Eduardo Duhalde. La estrategia consiste en mantener presencia en los medios, hacer anuncios regularmente, conservar los niveles de expectativa y tener siempre a un adversario arriba del ring.

Aunque públicamente sugiera que “falta mucho para las elecciones”, que en el Frente de Todos no tienen “derecho a distraerse” y que es “prematuro hablar de candidaturas”, el Gobernador en los últimos días lanzó el operativo Kicillof 2023. Es uno de los datos políticos de la semana.

En La Plata admiten que al mandatario le resulta difícil ocultar el traje de candidato debajo de la investidura. En las últimas horas, Kicillof protagonizó un raid de reuniones con pymes, industriales y empleados de comercio, inauguró obras en jardines, destacó trabajos en escuelas, mostró viviendas y urbanización de barrios, entregó escrituras, escuchó intendentes y participó de actos partidarios que anticipan el tono proselitista que comenzará a exhibir el Gobernador. En esas actividades se sube a la gestión, uno de los principales sostenes de campaña por la relección. En esa dirección va el Presupuesto 2023 que está próximo a ingresar a la Legislatura bonaerense que calcula un gasto de $6.9 billones, con 8 puntos destinados al área infraestructura. Las obras será claves durante todo el año electoral.

Esta semana el Gobernador eligió Olavarría, uno de los distritos determinantes de la reducida Séptima sección electoral, para lanzar su operativo Kicillof 2023, el blindaje de la provincia de Buenos Aires frente al explosivo escenario nacional. “La disyuntiva es si la provincia quiere a la derecha o a los derechos”, ensayó frase de campaña, desde el Parque del Bicentenario del distrito del interior bonaerense, que aseguran no la conversó con Ignacio “Nacho” Ramírez, el sociólogo, consultor y amigo, autor del artículo “Cuando el Clio le ganó al big data”, al que el economista “escucha”. La frase de autoría de Kicillof la repitió algunas horas después en el homenaje a Néstor Kirchner.

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Precisamente, el equipo del Clio, rodado que todavía permanece en la puerta del domicilio al que se mudó el jefe de Asesores, Carlos Bianco, a apenas unas cuadras de la residencia oficial, “midió” el regreso de las “plazas de Axel”, un formato callejero, de contacto directo y de intercambio horizontal con las bases del Frente de Todos que fue marca registrada de su llegada a la Gobernación y de la batalla por las elecciones de medio término. “Esperábamos a 30 personas y se juntaron cerca de 500. Debe ser el único caso en la historia que un Gobernador habla en una plaza, de esta manera”, analizan en su entorno. Kicillof a principios de año había retomado las “mateadas”, pero la crisis económica, las internas a cielo abierto del gobierno y el atentado contra Cristina Kirchner las frezaron.

Kicillof sabe que el bolsillo va a ser un factor determinante en 2023. Los números más alarmantes que llegaron Gobernación, mediante asiduos sondeos de la evolución del humor social, se registraron en julio, como consecuencia la renuncia del exministro Martín Guzmán, el desorden político y la profundización de la crisis económica, dos elementos que vuelven sinuosa la compulsa electoral. Cerca del Gobernador consideran que por esos días se tocó el “piso”, un análisis que comparten algunos dirigentes de Juntos por el Cambio, encuestas en mano.

Una digresión: al mandatario bonaerense nunca dejó de sorprenderle las peleas con Guzmán, que esta semana recibió en el auditorio de la Facultad de Economía de La Plata, al premio Nobel, Joseph Stiglitz, con una fuerte custodia, tal como a la que recurrió en su último paso como ministro por la casa de altos estudios en junio de 2022 con motivo de la asunción del nuevo rector. “La relación con Sergio es muchisisísimo mejor”, resaltan la buena sintonía con el tigrense, al que ven como buena parte del Frente Todos, un número puesto para 2023, aunque los tiempos de la política, la necesidad de mostrar resultados y la estrategia de Massa, no permitan blanquearlo, y pese a que, en el fondo, añoren una candidatura de Cristina Kirchner, como se encargó de recordar Kicillof recientemente.

El mandatario, como todo el arco oficialista, le prende velas al renovador, al quien destaca por el “diálogo” y por el “ordenamiento” de las principales variables de la macroeconomía. “Con Massa coincidimos en que hay que estabilizar los precios y distribuir ingresos”, dijo esta semana públicamente Kicillof y llamó a “pasar urgente a la etapa redistributiva”. En el Gobierno bonaerense comprenden que, como todas las tribus del Frente de Todos, que la supervivencia estará ineludiblemente atada el “factor económico”. Será un tema que el mandatario deberá surfear. Olavarría sirvió como un termómetro, para mensurar la rección de la calle. “Nos sorprendió”, destacan y analizan que, pese a todo, el Gobernador puede caminar por la calle y sigue generar un “efecto”. El contacto directo fue una foto que Kicillof cosechó durante toda su administración: varias veces se mostró cambiando figuritas del Mundial junto a su familia, visitando comercios o en lugares de esparcimiento de la capital provincial. 

Precisamente, el espectáculo deportivo que se avecina jugará un papel en los tiempos de la política. Por caso, en las reuniones de bloque de los senadores bonaerense del Frente de Todos, su jefa, Teresa García, siempre propensa a cuantificar la agenda, lleva el cálculo de semanas que faltan para que arranque la competencia. En Gobernación no desconocen el papel que podría jugar el Mundial en el mejoramiento del humor social, es un fenómeno que ha sido muy estudiado. “Si en 2014 Argentina hubiese ganado en 2014, el resultado de las elecciones 2015 podría haber sido otro”, evalúan en el entorno de Kicillof, en una afirmación contra fáctica, pero verosímil. Sin caer en la exageración que volvió viral al colega Nelson Castro, es un ítem que tiene en cuenta todo el sistema político. Faltan apenas 21 días para que empiece el “show”.

El análisis de la fiebre mundialista toma fuerza si se encaja la pieza en la secuencia Mundial – fiestas de fin de año – comienzo de la temporada de verano que será una ventana hasta marzo del año que viene. Tiempistas sus colaboradores afirman que durante el Mundial deberán adaptar la agenda en la que ganarán peso los encuentros políticos. Cerca de Kicillof ponen a la temporada de verano como primer mojón. Anticipan que “será muy buena” y que servirá al Gobernador para encabezar inauguraciones, recorridas y actividades con “olor a campaña”. Sin embargo, el operativo Kicillof 2023 ya está en marcha. El mandatario encomendó el armado de un equipo paralelo, enfocado exclusivamente en su candidatura. Con calendario en mano, parece un momento propicio.

Esta semana el mandatario cosechó el respaldo público de Máximo Kirchner que lo ubicó en soledad en la carrera por la Gobernación. “Axel, supongo en la provincia”, dijo el jefe de La Cámpora, fuerza con la que Kicillof mantiene una alianza estratégica. También el massismo, salió a apoyarlo. “Axel Kicillof va a revalidar su gestión en la Provincia, no tengo dudas“, dijo el ministro de Transporte, Jorge D’Onofrio. Hace unos días un grupo de intendentes del interior arrancaron el operativo clamor. En La Plata, afirman que “están dados los acuerdos” para pelear por la reelección y reconoce que “no hay muchos otros nombres” sobre la mesa, mencionan al jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y diversifican la oferta intendista, al mencionar al “tapado” ministro Gabriel Katopodis, de quien ponderan la “buena gestión”.

Sobre la estampida de intendentes que en el Gabinete nacional encabezaron Juan Zabaleta y Jorge Ferraresi, Kicillof les pidió a Martín Insaurralde, Leonardo Nardini, y otro puñado de caciques peronistas como Gustavo Menéndez (Grupo BAPRO), Hernán Izurieta, (Vialidad) y Héctor Olivera (ADA), que se queden hasta “lo más cerca del cierre de listas”, en mayo de 2023 para “no perjudicar la gestión” y desalentar versiones sobre supuestas internas, que, como en toda constelación política, por supuesto las hay. Cerca del mandatario repasan los “off” que soltaron los jefes comunales que llegaron hasta la capital provincial la semana pasada. “Es el juego y lo jugamos, pero es muy evidente… Axel les garantizó los recursos para el año que viene. Les dijo que iban a estar”, repiten el mensaje y ventilan la áspera sugerencia de algunos de ellos de “abandonar el interior”, desde donde, como se dijo, se hizo punta con el operativo clamor.

En La Plata acuerdan en que Kicillof es el dirigente que mejor fideliza los votos de Cristina Kirchner y que podría estirar unos puntos esa diferencia. Los números que manejan cerca del mandatario son coincidentes con las últimas encuestas que midieron a los candidatos bonaerenses. El sondeo de la consultora Opinaia, que circuló en el encuentro con los intendentes del Conurbano en el que acordaron blindar los distritos, con la variable fuerza política, ubicó, al Frente de Todos cinco puntos arriba que Juntos. En Gobernación saben que el margen es más estrecho y que es un “escenario electoral sumamente complicado”. Un sondeo de Tendencias posicionó al mandatario apenas unos tres puntos arriba de Diego Santilli, el delfín de Horacio Rodríguez Larreta para disputar la provincia de Buenos Aires. Otro de Management & Fit invierte la ecuación y colocó a los amarillos en un “empate técnico”. En tanto, en todas las mediciones los libertarios sacan entre 11 y 16 puntos. Es un componente que miran de reojo cerca de Kicillof, por el “problemón” que podría significar acuerdo con algunos sectores del PRO, en el territorio bonaerense.

El futuro de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) será otra definición que condicionará el mapa electoral de la provincia de Buenos Aires. Desde el entorno del mandatario repiten las definiciones públicas que ya fueron vertidas sobre ese tema, respecto la espera a lo que suceda en el Congreso nacional, donde una vez aprobado en la Cámara de Diputados el proyecto de Presupuesto 2023, aliados del Frente de Todos impulsaron un proyecto para eliminar las primarias y están próximos a hacerlo los diputados riojanos de la bancada oficialista. Como contó varias veces este medio, en la Legislatura bonaerense, las diferentes tribus legislativas oficialistas y opositoras consideran que un avance en Nación podría generar un “efecto espejo” en la provincia de Buenos Aires, que terminaría por voltear las PASO. Esa alquimia requeriría que Kicillof sortee la dificultad numérica que enfrenta, sobre todo en la Cámara alta. Aunque se enfrió por ahora es un escenario abierto.  

En Gobernación, donde son habituales críticos de la gestión de Alberto Fernández, aunque el mandatario intenta cuidar cierto equilibrio, preanuncian un tablero electoral nacional inclinado en las elecciones 2023. Como se contó en este espacio, hubo un solo caso en la historia reciente, en que un candidato al sillón de Dardo Rocha de diferente color político al aspirante al de Rivadavia se impuso en las urnas. Fue el caso de Carlos Ruckauf, empujado por el artilugio de las listas colectoras, una argucia electoral que repasaron en algunos laboratorios peronistas. Pese a eso, cerca de Kicillof ven como probable el “blindaje” de la provincia de Buenos Aires. “Es posible un escenario de balotaje en Nación. Acá se gana por un voto de deferencia”, sueltan.

Con ese diagnóstico, el Gobernador pretende activar los dispositivos territoriales, retomar “de manera periódica” las “mateadas” que buscan despertar a las bases y simpatizantes del Frente de Todos, que pandemia, acuerdo con el FMI y crisis económica mediante, quedaron “muy caídos”, montarse en su gestión y polarizar con la oposición, con contrastes al estilo de “la derecha o los derechos”.

Arrancó la campaña Kicillof 2023. En La Plata juegan al blindaje de la provincia de Buenos Aires y admiten que no será tarea sencilla.

(*) El autor es director del diario digital Diputados Bonaerenses

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