El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó este jueves una reunión con un puñado de dirigentes sindicales y gobernadores que desistieron del Pacto de Mayo para cerrar filas contra el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), recientemente reglamentado por la aprobación de la Ley Bases.
Es que, a pesar de las presiones cruzadas entre los libertarios y el radicalismo para que el mandatario bonaerense se adhiera al RIGI, ya que posibilitaría el desembarco de una inversión millonaria para la instalación de una planta de Gas Licuado Natural (GNL) en Bahía Blanca, este jueves, Kicillof firmó un duro documento en donde ratifica, junto con otros dirigentes, su negativa al régimen.
En detalle, la misiva fue firmada también por el anfitrión de la cumbre, el titular de Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor de la República Argentina (SMATA), Ricardo Pignanelli, los mandatarios Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja), y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), así como secretarios generales de los sindicatos industriales.
“Creemos necesario ratificar que el DNU 70/23, la Ley Bases, el Pacto Fiscal y muy particularmente el RIGI llevan a nuestro país a una acelerada disminución de la actividad industrial, de inmediato impacto en nuestras Pymes”, subrayaron los sindicalistas y los gobernadores.
En esa línea, los dirigentes encabezados por el Gobernador bonaerense señalaron que “sobre el horizonte se proyecta una regresiva primarización extractivista de nuestros recursos naturales, sin industrialización para la producción en origen, sin desarrollo de las cadenas de valor ni trabajo calificado”.
“Este sendero dificulta aún más la posibilidad de acceder al primer empleo, situación por la cual insistimos en la necesidad de un acuerdo entre trabajadores, sindicatos, empresas y Estado; que genere los instrumentos necesarios para incorporar a su primer empleo a las próximas generaciones”, añadieron los dirigentes.
Es preciso señalar que, durante el conclave, los integrantes de la mesa de discusión acordaron manifestar también su rechazo a la reforma laboral, incluida en la Ley Bases, y sostener un posicionamiento global en defensa del trabajo. Una posición similar a la que tomará el cotitular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Pablo Moyano.
Además, para los firmantes las medidas de apertura indiscriminada y desregulación del comercio exterior, propuestas por el jefe de Estado libertario, Javier Milei, “lejos de ser medidas que fortalezcan la industrialización de las empresas argentinas, promueve hacer de la Argentina una isla de armadurías sin valor agregado, sin trabajo nacional y sin conocimiento aplicado al desarrollo“.
De esta manera, Kicillof vuelve a coronarse como el adversario central de la administración mileista, que comenzó al inicio de la gestión, al remarcar una y otra vez que la premisa de campaña “el ajuste lo paga la casta”, fue falsa. El embate se recrudeció cuando el Ejecutivo decidió arbitrariamente eliminar las transferencias discrecionales al territorio bonaerense. “Devuelvanle los fondos que le robaron a la provincia“, exigió.
Luego, y en cada oportunidad que se le presenta, el mandatario bonaerense se posiciona en la vereda de enfrente al libertario resaltando la importancia del Estado presente. Su última contienda contra el libertario fue el rechazo rotundo al Pacto de Mayo. “Se parece más a una amenaza o a una imposición que a un dialogo”, dilapidó Kicillof.
